Con esa consigna partí el sábado 22 a la plaza Sotomayor, 15:50 entraba por uno de sus costados y por un momento desconocí aquél espacio público ahora saturado de carpas y toldos y un sinfín de puestos de comercio, bueno, ya le encontraron un uso más disciplinado a la plaza del mercado, por ahora colmado de tienditas informales y pronto devuelta al peatón, espero.
Minutos de atraso y fueron llegando las bicicletas y unos cuantos primerizos entre los cuales me contaba. Con algo de incertidumbre nos planteábamos si estaríamos en hora y si habría un margen más amplio de espera, al rato apareció el resto y la cosa está por empezar.
Se trata de la 8va cicletada por las calles de la ciudad, los organizadores un grupo de jóvenes entusiastas bajo el nombre de "antofacleta". Su objetivo: marcar presencia entre los ciudadanos y posicionar de a poco, o de a mucho, a la bicicleta en las calles.
Un circuito algo intrincado por el centro de la ciudad, con algo de desbande y a ratos siendo una molestia para el tráfico, aunque en general los motorizados fueron bastante pacientes. En lo personal discrepo de no respetar semáforos más allá de circular como una especie de toma callejera de las vías, porque me parece que tal actitud deslegitima a la bicicleta como uno más en el sistema de transporte, pero bueno, afortunadamente no hubo inconvenientes y el hecho en si mismo (me refiero al circular como una masa crítica) ya es loable.
Luego de un pasar más tranquilo por avenida Brasil enfilamos por Angamos hasta el balneario municipal y ahí terminó la travesía. Una rápida colecta sirvió para aplacar la sed y el hambre producto del cansancio y una animada charla disimuló en parte el frío que se dejo sentir. Al rato me excusé y me retiré porque anochecía y en el trayecto de vuelta a casa me puse a pensar que quizás la ciudad aún tiene un espacio reservado para nosotros, los ciclistas. Y si otros entusiastas como los muchachos de antofacleta se juntaran, sólo para unificar objetivos, podríamos replicar las experiencias que en otras ciudades se están realizando, un diálogo directo y vinculante con quienes están a cargo del desarrollo urbano. Antofagasta esta creciendo y tenemos que ser participes de aquello, las ciclovías y otras materias que nos incumben no pueden generarse en el escritorio de alguien, debe ser un trabajo mancomunado entre los involucrados.
Por mi parte, seguiré asistiendo a estas "cicletadas" por la ciudad cada fin de mes.
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