Investigación de la OMS señala que Antofagasta es la tercera ciudad con más alta contaminación aérea del país. Este estudio considera dos tipos de contaminación, aquellas que son por humo de fábricas y por la tierra en suspensión (material particulado grueso) y por otro lado lo que producen los vehículos, y algunos procesos industriales (material particulado fino). Del primer tipo de material particulado es que Antofagasta se ubica detrás de Rancagua y Santiago.
La autoridad ambiental indica que Antofagasta está lejos de sufrir la calidad del aire que tiene a Tocopilla y Calama como ciudad saturada y que las condiciones geográficas y climáticas nos mantienen a buen resguardo, según sus mediciones. Además indica que la ciudad no posee grandes fuentes contaminantes como termoeléctricas o procesos mineros.
En este punto me detengo; tengo la impresión que más allá de las consideraciones científicas y métodos de medición consensuados por técnicos en el área, la sensación del ciudadano a pie es totalmente distinta. Pedalear o caminar por una arteria congestionada, con camionetas de gran cilindrada, buses que dejan tras de si una estela negra de combustión y camiones que te tapan a gases, perfectamente es como estar en una sala con 20 fumadores dentro. Cada día, por más esfuerzo en tener cuerpo sano pedaleando nos tragamos el humo de los autos que en esta ciudad son abusivamente cantidad. Todo lo anterior creo no es sujeto de medición y bien vale una consideración cuando la autoridad (que supongo ni pedalea ni se pasea por las calles más congestionadas de la ciudad) dice que todo anda bien, y sabemos que no es tan así. Tal ves haya que empezar a salir a pedalear con mascarillas.
Fuente: El mercurio de Antofagasta
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