jueves, 18 de febrero de 2010

Pueblo chico = + cultura!




En un reciente viaje a San Pedro de Atacama (lugar que me encanta y de los pocos donde realmente se puede descansar) aparte de salir a los típicos tours y caminatas por los alrededores me detuve a analizar el movimiento de personas al interior del pueblo. De más está decir que es un lugar eminentemente peatonal y cruzado con una fuerte inclusión de la bicicleta, de las cuales un montón son para recorridos hacia las afueras del límite urbano pero que a la larga participan activamente de los flujos internos del pueblo.

Lo primero que observé fue la existencia de señalización básica en las calles, donde se indicaba si estaba permitido el ingreso de bicicletas, donde no, etc.

También observé que en determinados centros de interés, como la feria artesanal, junto con el letrero de restricción de bicicletas, había un aparcadero de las mismas incluso con cadena y candado con capacidad para 10 cupos.

Talvés el punto en contra es que los usuarios temporales de bicicleta no respetan generalmente estos letreros y esto genera que calles con gran congestión de peatones se vea a ratos amenazada por veloces pedaleros sin mayor contemplación. La irrupción de vehículos por tan estrechas calles también es un handicap a la imagen que San Pedro quiere o debiera proyectar. Si bien el turismo se vale de estos vehículos para los traslados sería recomendable que se destinaran ciertos puntos intermodales, (existe un lugar para vehículos de mayor tamaño en el cual recogen pasajeros) donde la agencia dispusiera de bicicletas para llegar a ellos con estacionamiento para aparcarlas y de ahí tomar los furgones o camionetas para cumplir sus recorridos. De esa manera quedarían las calles más expeditas, no se levantaría tanto polvo, no tendrías que estar pendiente en cada esquina para ver si no te alcanza algún vehículo intespectivamente, en resumidas cuentas calles más ordenadas y seguras.

Sin embargo, y a pesar de lo anterior es un placer llegar a lugares donde el Municipio se la juega por la movilidad sustentable, en donde los protagonistas son el peatón y la bicicleta que conviven juntos en un ambiente donde hay regulación y una cultura ad-hoc.

San Pedro puede ser sin lugar a dudas un buen lugar para implementar un plan piloto de transporte intermodal, de manera que se transforme en un ejemplo a replicar en las comunas de la región.

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