viernes, 19 de febrero de 2010

Arte y reivindicación







El asfalto como soporte artístico no es ninguna novedad, hay bastante material al respecto. El asfalto como soporte para reivindicar causas es de antigua data, sin embargo mezclar arte y reivindicación es una interesante forma de colorear y dar vida a las arterias grises de una ciudad.
La bicicleta como inspiración para fundir ambas tendencias se vuelve atractiva toda vez que en Antofagasta la polución mezclada con la humedad marina opacan toda superficie que haya sido concebida con algún color, si a lo anterior sumamos la falta de lluvias que impide la limpieza de las mismas tenemos veredas y edificios grisáceos.
Aquí surge la idea de devolver temporalmente la vitalidad que alguna vez tuvo el pavimento de veredas que hoy se funden en una superficie tosca y sucia. Veredas que nacieron con vivos amarillos, ocres, azules y verdes pueden retomar el color de antaño, los transeúntes mirarían al suelo no preocupados por pisar algún chicle sino concentrados en los dibujos, señales, poesías, frases y todo lo que resulte de la creatividad.
Desconozco si esta intervención en las calles y veredas está proscrita, pero ante una vorágine despiadada de grafittis sin sentido, éste tipo de nueva manifestación puede tener aceptación social.
La idea está planteada.

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