EL CASCO OBLIGATORIO Y SUS CONSECUENCIAS
Cumplimiento dudoso
Para que un casco ciclista pueda cumplir su función, es imprescindible que se ajuste bien a la cabeza, esté colocado y fijado correctamente y sea renovado después de un golpe o cada cierto tiempo aunque no presente signos externos de deterioro. En caso contrario, incluso puede agravar las consecuencias de un accidente.
Una persona que opte voluntariamente por ponerse un casco probablemente también se ocupará de estos aspectos. No se puede esperar lo mismo de una persona que se ponga el
casco meramente para evitar una multa. Además, el esfuerzo económico de renovar los cascos adecuadamente es difícil de soportar en algunos sectores de la población que usan la bicicleta habitualmente. Sería prácticamente imposible controlar si llevan un casco apropiado, y más aún cuando se trate de niños y niñas.
Muchos/as ciclistas se opondrían a una ley que les obligue a llevar casco, con lo cual se producirían actitudes individuales o colectivas de desobediencia civil. Ante ello, o bien los agentes de control de tráfico habrían de desviar su atención de los problemas serios que causa el tráfico motorizado, dedicándose a perseguir ciclistas, o bien las autoridades se resignarían a aceptar el hecho de que esta ley se incumple sistemáticamente y que, por tanto, es inútil. Promulgar leyes que es difícil que se cumplan desprestigia a las instituciones y favorece el incumplimiento de otras normas.
El casco puede proteger (parcialmente) la cabeza en caso de colisión, pero no puede prevenir que el accidente ocurra. Es opinión de la Federación de Ciclistas Europeos/as que, en vez de plantear el uso obligatorio del casco, los poderes públicos deberían esforzarse en prevenir los accidentes. La promoción del uso del casco no es una manera eficaz de mejorar la seguridad de los y las ciclistas.
He aquí algunos de los mitos del uso del casco.
Mito Nº1
ARGUMENTO: Los cascos para ciclistas salvan vidas.
RESPUESTA: Ciertamente, los cascos pueden salvar vidas, pero su potencial no debería sobreestimarse. Un casco ciclista homologado sólo resiste impactos inferiores a 23 Km/h. Además, una ley que obligara a los/as ciclistas a llevar casco provocaría un menor uso de la bicicleta. Esto, a su vez, llevaría a un aumento de muertes debidas a ataques al corazón y a otras enfermedades de la vida sedentaria. El efecto final sería: más muertes prematuras.
Mito Nº2
ARGUMENTO : El casco obligatorio para motoristas también suscitó polémica, pero su eficacia ha quedado demostrada. Para la bicicleta sería lo mismo.
RESPUESTA : La protección que ofrece un casco integral no se puede comparar con la de un casco para ciclistas. Un/a ciclista tiene que hacer un esfuerzo físico para subir pendientes, por lo que la cabeza ha de estar bien ventilada. No podría soportar sin perjuicio para la salud el peso de un casco con "protección integral". Los/as motoristas se desplazan a mayor velocidad, y sufrir un accidente puede depender sólo de un leve movimiento del puño derecho, sin ningún esfuerzo físico. El número de ruedas no es una base suficiente para equiparar dos vehículos y aplicar los mismos patrones.
Mito Nº3
ARGUMENTO : El fomento del uso del casco es una vía económicamente eficaz de reducir las muertes de ciclistas.
RESPUESTA : Los dispositivos de autoprotección que deben pagar las personas usuarias son baratos para las autoridades, pero ¿es realmente eficaz la suma total de dinero gastado? Los cascos para ciclistas son insuficientes en muchos casos, y las colisiones entre ciclistas y vehículos a motor demasiado rápidos serán igual de mortales con casco que sin él. Los cascos para ciclistas no protegen contra la mayoría de los accidentes mortales.
Mito Nº4
ARGUMENTO : Al menos los niños, que son más vulnerables que otras personas, deberían llevar casco.
RESPUESTA : La ECF contestaría a ello que son las condiciones del tráfico las que deberían adaptarse a las posibilidades de los usuarios y usuarias más vulnerables de las vías públicas: niños/as, personas mayores, minusválidos/as... y no al revés.
No obstante, queremos matizar que los/as niños/as tienen una menor percepción del riesgo, y se ven a menudo involucrados/as en "accidentes individuales" como caídas de la bicicleta. Éste es el tipo de accidente donde un casco diseñado para impactos hasta 18 Km/h brindaría protección, pero por otra parte, un casco puede apartar un niño o niña de la bicicleta. Es esencial para el éxito de cualquier política de promoción de la bicicleta que no se desincentive a los niños y niñas. Si ellos dejan de ir en "bici", la siguiente generación probablemente nunca llegue a usar la bicicleta. Son los padres quienes deberían decidir, con la información suficiente, si quieren que sus hijos/as lleven casco o no.
Mito Nº5
ARGUMENTO: Las campañas en favor del uso voluntario del casco no funcionan, por tanto el casco debe ser obligatorio.
RESPUESTA : Este argumento presupone que el casco es el "último grito" en materia de seguridad vial, lo cual no es cierto. Crear condiciones de tráfico más seguras es infinitamente más efectivo. Legislar sobre el casco puede incluso distraer esfuerzos en favor de un entorno viario más seguro, lo cual sería contraproducente en términos de seguridad vial real. Por otra parte, una legislación que obligue a los/as ciclistas a llevar casco requeriría una continua vigilancia para que se cumpla, y aún así es muy probable que no se consiga un nivel satisfactorio de cumplimiento. Con ello, se contribuiría a disminuir la credibilidad de las normas de tráfico y de las leyes en general.
Extracto del documento "AUMENTAR LA SEGURIDAD EN BICICLETA sin implantar el uso obligatorio del casco para ciclistas, Posición oficial de la Federación de Ciclistas Europeos/as".