Para quienes transitan por la costanera sur los días domingo, a la altura del estadio regional era recurrente observar una señora que montaba un kiosco ambulante para vender el diario, provocando tacos e inturrumpiendo el tránsito en una avenida muy concurrida en la mañana, bueno, convengamos que la culpa es de quien se detiene también, pero lo sustancial era lo inapropiado de su ubicación. Se entiende el derecho al trabajo de las personas, pero ésto en particular atenta contra la seguridad de terceros.
La novedad es que ahora ya no está más ahí el kiosco, sino que cruzó la calle para instalarse en la acera de la costanera. El inconveniente ahora lo tendremos los peatones y ciclistas que comparten este espacio, y mucho más los domingos.
Para reflexionar y discutir.