viernes, 9 de abril de 2010

Pueblo chico = + cultura! (v.2.0)




En un fin de semana de solazo a comienzos de este mes, me dirigí a la cercana comuna de Taltal, ciudad sumergida en un microclima privilegiado y al final de una nueva carretera (vía costera de Paposo) que en unas 3 horas te comunica con Antofagasta. El paisaje ya es espectacular por la vegetación presente en los cerros dominados por una neblina que los corta transversalmente en dos. El camino al llegar a la costa se asoma vertiginoso a traves de un zig-zag de curvas que te enfrenta con la inmensidad del océano a unas cuantas decenas de metros de altura. Al llegar a Taltal lo primero que nos recibe es una infraestructura de playas, costanera, plazas recreativas y deportivas flanqueadas -en una extensión de unos 6 kilometros-por una ciclovía exclusiva y bien señalizada horizontal y verticalmente. Grata sorpresa para las expectativas que me había hecho.
La ciudad en sí es muy acogedora, con una escala que les permite vivir como una comunidad en que todos se conocen y saludan. Aún permanecen los almacenes de mesones largos y pisos de madera noble atendidos por descendientes de inmigrantes, las farmacias de familia y todo tipo de comercio minorista no enajenante. Las tiendas de retail y cadenas de supermercados aún no han llegado a vaporizar la vida campechana de Taltal y eso, créanme se agradece. La plaza principal debe ser sino la más impresionante del norte grande en cuanto a vegetación, limpieza y es tremendamente acogedora. La ciudad mantiene parte importante de su arquitectura fundacional (casonas del ferrocarril, teatro Alhambra, y un sin fin de residencias particulares) que permite hacernos un idea del pasado de un Taltal que tuvo gran importancia en la región.
Un silencio amable se deja caer por las calles, la gente no abusa del vehículo (considerando de que parte considerable de la población trabaja en la minería y no hace mayor ostentación de sus camionetas todo terreno), casi no hay locomoción colectiva y la gente se desplaza mayoritariamente a pie o en bici. El ciclista ocupa la calle y no la vereda porque entiende que es uno más del tránsito y no ve mayor amenaza en ellas. Las calzadas están en bastante buen estado así como las aceras, el orden y aseo es envidiable, y la comida...de eso podrán encontrar en blogs de turismo, pero les adelanto que en cuanto a pescados y mariscos es lejos lo mejor de la región.
Me saco el sombrero por una ciudad que no tenía en consideración, por desconocimiento casi culposo y de la cual vale la pena aprender y visitar.

No hay comentarios: